Puedes tratar de engañarte a ti mismo, pero ni lo intentes con el del mazo.
La Maratón de Sevilla es, prácticamente, fija en mi calendario, es como la de casa, me ha dado y me ha quitado mucho. El año pasado me dio la mejor Maratón que he corrido, y claro, al acabarla tan bien enseguida pensé en mejorarla aún más para este año, las 3h20' empezaron a rondar en mi cabeza.
El parón por lesión de dos meses en verano ya empezó a trastocar mis planes, aumenté de peso, y al empezar a entrenar a mediados de septiembre ya noté que me costaría llegar al mismo nivel que tenía, hice varias carreras con buenas sensaciones, pero sin acabar de explotar, además, citando a Miguel, el de la otra orilla, una Maratón ( en este caso la de Málaga) me pidió de salir, y yo en esto soy un chico fácil.
Hice la Maratón de Málaga bien, 3h35' sin forzar mucho, pero una Maratón siempre desgasta, física y psicológicamente, y a la hora de ponerme a entrenar en serio para Sevilla aumentando kilómetros e intensidad, noté que la progresión no era la que esperaba.
Puede parecer fácil deducir todo esto a posteriori, pero a fuerza de ser sincero, ya lo sabía antes del domingo. La Media de Plasencia, los test y mis percepciones me alejaban definitivamente de mi sueño inicial, mi nuevo objetivo sería la MMP (mejor marca personal), es decir, bajar de 3h25' y lo iba a tener muy difícil.
Este año no pudimos viajar a Sevilla hasta la tarde del sábado, mi cuñado Pako ya me había recogido el dorsal y sentí no poder asistir a la Feria, a cambio tuve más tiempo de descanso.
El domingo, después del ritual mañanero de todo corredor el día de Maratón, fui a recoger a Pako a su Hotel y fuimos al Estadio por la Ronda Supernorte, dejé el coche detrás de la estación de tren, y por lo que he oído fue una buena decisión, porque en el parking general se formaron retenciones a la salida hasta de dos horas. Había decidido dejar las cosas en el coche y evitar el guardarropa, así que nos cambiamos y fuimos directos al Estadio con el traje de faena y una camiseta vieja para combatir el frío de la mañana.
A las ocho estábamos en el túnel sur, lugar de quedada bloguera y pude saludar a David Matraca, Javier Ayuso, Miguel, Yolanda, Jan, Juan Carlos, Nico, que nos comunicó la falta obligada de última hora de Barroso ( un abrazo, Juan, lo sentí muchísimo), Javi y su amigo Jesús, Isaac, Josep y Javier. Un placer, como siempre, correr es un deporte individual, pero estas quedadas, aunque sean solo para intercambiar un abrazo, unas palabras y unas fotos son geniales. Corro casi siempre solo, pero en las carreras tengo la sensación de que formo parte de un equipo. Me da una alegría especial ver a los demás antes, durante y después de las carreras, una relación extraña, apenas unos segundos, pero has leído sus buenos y sus malos momentos muchas veces y sientes que conoces a esa gente, en mi caso forma-formáis parte de lo que más me gusta de correr maratones.
Eché de menos a Isidro y Angel Luis, afortunadamente este último me reconoció cuando minutos después esperaba cola en un baño y pude hablar con él, además me pasó en el km.37, menudo carrerón hizo el tío.
Me está saliendo una chapa y no he empezado la carrera, así que voy al grano que me enrrollo, lo siento, no sé si volver a editarlo. Bueno, lo dejo así.
Nos vamos hasta la salida con Javi y Jesús y por allí nos despedimos, buscamos nuestro cajón, aunque veo dentro dorsales de todos los colores, Pako me dice que saldrá a 4'40" a ver que tal su rodilla, lleva 15 días parado por un fuerte dolor al correr, hacemos el primer km. practicamente juntos, pero compruebo que sus primeras sensaciones deben ser buenas porque alarga la zancada y se va yendo con una facilidad pasmosa.
Hago los tres primeros kilómetros buscando mi sitio a 4'40", un pelín rápido pero muy fácil, justo hasta el momento en que al pisar una zona bacheada me tuerzo el tobillo, tengo que dar 3 ó 4 saltos a la pata coja y me temo lo peor, menos mal que tengo experiencia en esguinces y al apoyar compruebo que el dolor es soportable, luego llevaría alguna molestia prácticamente toda la carrera y por la tarde se me inflamó, pero pudo ser peor.
Paso el km. 5 real en 23:21, digo real porque puse en el garmin laps de 2.020 mts., iba picando en los kilómetros que veía señalados y los que me saltaba, el reloj me los marcaba prácticamente exactos en el lugar señalado, he comprobado que es cierto que 1.000 metros homologados equivalen a 1.010-1.015 mts. de medida con reloj gps. La carrera total me la marcó el garmin con 42,59 kms.
Me había confeccionado una pulsera con tiempos de paso cada 5 kms. para sub 3h25' y ya llevaba un minuto de ventaja, sabía que no podía pasarme un pelo, pero fue de esas veces que no dudas en tirarte de cabeza a una piscina infantil a pesar de saber que te puedes partir la crisma.
Pasamos el puente de los Remedios y cogemos el Paseo de las Delicias, con su Torre del Oro guardando al Guadalquivir, después de la única subidita al salir de un tunel enfilamos la calle Torneo y al pasar junto al puente de la Barqueta no puedo evitar pensar en que condiciones estaré al cruzarlo alguna horita después en el km. 38.
Paso el km. 10 en 47:34, manteniendo el minuto de ventaja sobre mi pulsera. Llevaba dos geles y unas gominolas de isostar, tenía pensado tomar el primero sobre el km. 14, pero dada mi animadversión por estos mejunjes, al ver que repartían mitades de naranja, cojo una y me guardo el gel para otra ocasión. A la larga no encontré el momento que mi estómago pudiera admitirlos y al final se volvieron conmigo, me conformé con cuatro gominolas y dos mitades de naranja en toda la Maratón, además de unos traguitos de agua cada 5 kilómetros.
Los kilómetros transcurren sin incidencias y a ratos hasta me olvido de la molestia del tobillo, pico el 15 en 1h11:29 y sigo manteniendo el minuto de ventaja, pero la frescura inicial comienza a resentirse. Por el 18,5 me encuentro con la familia en Santa Justa antes de que tomen el tren que les llevará al Estadio, foto y subidón de energía que me hace literalmente volar para hacer el kilómetro más rápido de toda la prueba a 4'31".
A esta altura sé que el tío del mazo va a aparecer, no sé cuando, pero lo hará, así que trato de no pensar mucho, aunque bajara el ritmo el daño ya está hecho, así que me autoengaño, me digo que la renta que saque será suficiente para aguantar. Sí, ya sé que esto nunca se cumple, pero la cantidad de gilipolleces que se le pasan a uno por la cabeza cuando no está oxigenada al cien por cien es increíble, incluso imagino cuando empieza a soplar algo de viento en contra algún tumbleweed rodando por el desierto de un viejo Western, no en vano estamos en Kansas City Avenue (curioso nombre para una avenida sevillana) y sonrío por la tonta ocurrencia.
Paso la Media en 1h40:48, toca evaluación de daños, superficiales pocos, profundos alguno, empiezo a pensar que quizás si que puedo, recuerdo el año pasado cuando decidí en el km. 28 aumentar el ritmo, me digo que este año también podría, me autoengaño, no solo no aumento el ritmo sino que este empieza a disminuir casi imperceptiblemente a pesar de que las pulsaciones si aumentaban. Paso el km.30 en 2h24:28, la renta que tenía se había difuminado y además ya hace rato que estoy notando calor, el sol andaluz quema hasta en febrero.
Sabía donde estaba, lo que quedaba y lo que iba a encontrar y empecé, ahora sí, a ahorrar gastos. A fuerza de costumbre voy conociendo al del mazo, a los temerarios se les puede presentar de golpe y les arrea sin compasión, los funde en dos kilómetros, algunos vi ya a esta altura con esos síntomas. A otros nos va avisando poco a poco, lo llevaba detrás pero la entrada en la Plaza de España y pasar por el centro con una gran animación me mantuvo distraído y casi lo olvido, pero no, en el 36 por la Alameda de Hércules casi me exige que pare. Hice oídos sordos, recordé una cita de Yolanda que curiosamente había leído el día antes en el blog de Epicteto: "Pienso en no pensar. Solo hay que correr. Soy un robot y estoy programado solo para correr", y efectivamente así me puse, modo robot a 5'25"-5'30"/km. Me adelanta Ángel Luis cuando voy más clavado y le deseo suerte, va a mejorar su marca y me alegro mucho por él.
Ya cerca del Estadio, al pasar el km.41 miro el reloj, el crono está a punto de subir a 3h24', me ha sobrado un kilómetro para MMP, entonces pienso en mi segunda meta, las míticas 3h30' que tanto me costó superar, tengo algo más de seis minutos para superarlas de nuevo, así que acelero lo que me dan las piernas, sin saber como hago el último kilómetro en 4'46" y entro feliz al Estadio, saludo a la grada buscando a la familia que no veo, levanto mis manos y estiro los dedos, uno por cada una de las diez maratones que llevo y entro en meta en 3h28'54" netos, por debajo de 3h30' por segunda vez.
No me resiento mucho del esfuerzo, me ponen la medalla y en cinco minutos estoy muy entero, busco a Pako donde habíamos quedado (en la barra donde den cerveza, por supuesto) y lo veo contento, coño, el ya lleva tres cañas. No le ha dolido la rodilla y ha mejorado su marca, haciendo 3h14'08", al año que viene a por las tres horas.
Salimos a abrazar a la familia, vuelvo a ver a Javi, por lo visto a los dos nos han faltado cuatro minutillos, después me encuentro a Javier Ayuso en malas condiciones, mareado y con calambres por todos lados, le ayudo en lo que puedo, le dejamos un teléfono y se va en busca de su mujer. espero que te hayas recuperado. Después es hora para una buena ducha, comida, reposo y viaje de nuevo, a lo largo de la tarde voy teniendo noticias por twitter, casi todas buenas, genial.
El resumen de esta Maratón, por mi parte es que me ha enseñado mucho, sé que mi techo en cuanto a marcas está muy cerca, desde ahora no me voy a obsesionar con marcas, tendré las 3h30' como referencia para la siguiente y listo, tampoco me quiero matar con planes imposibles y dietas espartanas, ni por cinco ni por veinte minutos. Soy un poquito más feliz cada vez que cruzo la meta de una Maratón y quiero seguir cruzando metas, muchas metas.