A veces no queda otra: keep calm and....ajo y agua.
Tengo claro que correr es una actividad agresiva contra nuestro cuerpo y que a pesar de lo mucho que nos da el running es un deporte por lo general bastante desagradecido, pero hay situaciones que no son fáciles de comprender y aceptar.
Después de una temporada intensa que se ha prolongado más de dos años continuados
de entrenos y carreras sin percances graves, cuando decido descansar
dos semanas completas y después comenzar a entrenar suave, en el mes que
menos carga de kilómetros y calidad he hecho desde que me recuperé de
la fascitis, el fantasma del runner en dique seco aparece de nuevo.
La consecuencia final, como podéis deducir del título de la entrada es que el percance del que hablaba en la última entrada, lejos de mejorar, ha resultado ser más grave de lo que sospechaba, estoy lesionado y por lo tanto en el dique seco durante una larga temporada.
Tras unos días iniciales de gran molestia en toda la zona de la nalga izquierda, el dolor se ha ido concentrando en una parte más específica en forma de molestia continua aunque se acentua al sentarme sobre esa zona y sobre todo al caminar, tengo buena movilidad muscular y articular de la zona, pero el dolor me hace cojear apreciablemente, sobre todo a partir de mediodía o cuando no tomo analgésicos. El diagnóstico con este cuadro se alejaba de la sobrecarga muscular, el síndrome piramidal y la tendinitis y se acercaba más a afectación ósea.
A falta de alguna prueba más específica ya que no se ve en una placa normal, todo indica que tengo una fractura de estres en el ala izquierda del hueso sacro, ni que fuera de la élite, hasta Pedro Nimo y Castillejo la sufrieron.
He intentado coger la bici, pero aunque puedo pedalear sin dolor, después se me carga mucho toda la zona y se acentúa la cojera, así que he tenido que parar totalmente cualquier actividad física. El tratamiento, como para toda fractura, es el reposo total las primeras tres semanas, incluso caminar lo menos posible. Después hay que comenzar a activar con gimnasia ligera, fisio, natación y estiramientos la zona afectada. Con suerte a las seis semanas ya no debe molestar nada y podría empezar a coger la bici y si todo va bien a las ocho semanas podría empezar a rodar un poco.
Con esto se van al garete todos los objetivos del otoño, sobre todo en lo que a maratones se refiere, si llego a las pruebas de la copa de Extremadura de carreras por montaña será simplemente para ir probando, tengo claro que dos meses parado es como empezar de cero.