miércoles, 17 de junio de 2015

Carrera Pencona Aldeanueva de la Vera

Carrera Pencona: Distante, fría, dura, traicionera.......irresistible.


Cuarto año consecutivo que no me puedo resistir a estar el día señalado a las 8 de la mañana en el puente de San Gregorio de Aldeanueva de la Vera para correr su inigualable carrera Pencona.

Probablemente sea por desnivel, distancia y terreno técnico la más dura de Extremadura, este año le han quitado tres kilómetros de pistas llanas al principio de carrera, así que había que afrontar el toro de forma más directa aún, sin tiempo de arrepentimiento.

Tuve que ir solo desde Cáceres, así que tocó madrugar de lo lindo, no sé el apelativo que me pondrían muchas personas que conozco si se enteraran de que me levanto un domingo antes de las cinco y recorro 120 kms.  para andar penando más de cuatro horas corriendo por el monte. Al menos tengo otro compinche incomprendido en la familia, porque allí estaba también mi cuñado que se acercó en unas condiciones parecidas desde Pinofranqueado. A esa hora el termómetro ya marcaba 22º, aunque la verdad es que solo noté calor en la última parte de la prueba al descender de las cotas más altas, arriba con el cuerpo sudado y a casi 1.800 mts. de altitud, casi te quedabas frío con el viento.

Salida de la prueba larga, 29 km D+ 1.916 mts.                     Foto: Jose Mª Diaz
Veintinueve kilómetros y más de 3.800 metros de desnivel, con tramos de terreno muy difícil tanto en subida como en bajada nos quedaban por delante. Es de agradecer que este año se acrecentaba mucho el número de corredores ya que se organizó también una "minipencona" de 16 kms. para aquellos que todavía no se ven para la larga pero no se quieren perder el encanto de esta comarca, seguro que ya están pensando dar el paso a la grande el próximo año.

Comenzamos la carrera de forma pausada, al contrario del año pasado, se sube prácticamente desde el inicio por camino estrecho, de forma que vamos acomodando los pasos al corredor de delante, salirse del camino para adelantar supone un esfuerzo que en estas carreras luego se puede pagar caro, de forma que cubro los primeros kilómetros bastante cómodo.


La zona trasera del pelotón subiendo.    Fotos: Jose Mª Diaz
A partir del kilómetro tres y cuando llevamos casi 200 mts. ya de ascensión comienza lo duro, entre este kilómetro y el 9 hay prácticamente un kilómetro vertical de subida (tercero en el último mes), y sobre todo el kilómetro 7 es bestial, al desnivel se le une un terreno de roca y matorral que hace que tengas que ir continuamente ayudándote de las manos y no pensar en nada más que en seguir subiendo, un kilómetro en 19'58" puede dar idea de este tramo hasta alcanzar el famoso paso de los Buitres cuya foto de otros años no me resisto a poner de nuevo.

Paso de los Buitres, fijarse bien en las hormiguitas de colores
Tras pasar las rocas más grandes, el desnivel decae un poco y aprovecho para trotar un poco y adelantar algunas posiciones, las sensaciones son buenas, intercalando andar y trotar por zonas de prados encharcados bastante dificultosas por encima de la Chorrera de la Mora, noto que voy bien de reservas  para el siguiente tramo duro de subida hasta el alto de la Panera, que hago de forma pausada pero continua, me voy despegando poco a poco de mi grupo y culmino en el avituallamiento de lo más alto dispuesto a echar el resto en la bajada.

Prados encharcados por encima de la Chorrera de la Mora, terreno tramposo.
Bajada, decir bajada a esto es un poco aventurado, yo diría que es como tirarse por un barranco de piedras, retamas, piornos y helechos que apenas te permiten ver el suelo, si te paras a pensar no bajas. Aún así, este año me noto más ágil y seguro, me he reforzado los tobillos con esparadrapo y se nota, me pasa algún opositor a suicida, pero por lo general soy yo el que cazo a más gente. Entre ellos a mi cuñado, al que veo cojeando, este año se han tornado las cosas y es él quien ha tenido primero una torcedura y luego un esguince, queda mucho y ha decidido retirarse en el siguiente puesto de control del km.14, menudas historias me contó después de la gente que llegaba ya muy tocada a ese puesto.

Tras coger una pista bastante corrible, nos encaminamos a la segunda subida dura del día, por suerte el terreno es más practicable y me permite llevar un ritmo aceptable y atrapar a un grupo de cinco corredores con los que continuo la subida, el paisaje en esta zona es precioso, con todo el valle a nuestros pies, una lástima que este año hayan subido muy pocos fotógrafos y apenas he encontrado la foto anterior, seguiré buscando.

Llegando ya al alto del Collado de las Yeguas, veo en el avituallamiento bastantes corredores, así que como me veo bien de fuerzas, aprovecho para tomarme un gel justo antes de llegar y paro apenas unos segundos para beber y seguir para abajo, adelantando así a un buen grupo.
Recuerdo el año pasado como esta preciosa bajada no pude hacerla como me gusta porque había llegado bastante tocado a ese punto, pero este año la he disfrutado a tope, zigzgueando sin parar por una vereda paralela a la garganta. En ese punto dejo pasar a Mª Luz, la primera corredora de la general que baja increíble junto a otro chico, intento seguirles y ya casi llegando abajo tengo el peor percance de la carrera, tropezón y caída con una fuerte contusión en el costado, la verdad es que no noté el golpe, me levanté y seguí sin mucho problema, incluso pensé que no había llegado a golpearme y la molestia era fruto del esfuerzo muscular al tratar de controlar la caída, pero dado que ya han pasado 9 días y sigo sin poder correr, con dolores y sin poder apoyar ese lado en la cama por la noche, me da a mí que tuvo que haber algún daño costal.

Con el fragor de la lucha, la verdad es que continué corriendo bien, en el siguiente repecho Mª Luz se me fue yendo poquito a poco y me quedé en tierra de nadie, y así seguí hasta el último avituallamiento, el calor ya se nota mucho y paré tranquilamente a beber , refrescarme y comer un trozo de plátano. Poco después tuvo lugar el segundo incidente de carrera, no debí ver una de las cintas de baliza en un giro de 90º y continué adelante cuesta abajo, al poco tiempo noté una soledad un tanto especial y me dí cuenta de que no había balizas, paré e incluso estuve tentado de seguir por si volvía a enlazar, menos mal que no lo hice porque como podéis comprobar en el mapa de wikiloc, si hubiera seguido me habría ido alejando cada vez más.


Di la vuelta y con la pereza de tener que volver a subir por donde había bajado fui retornando hasta dar con una baliza, en ese momento me crucé con otro corredor que se sorprende al verme en sentido contrario, le cuento la historia y continuo para abajo por el camino bueno. Deben faltar 3 ó 4 kilómetros de bajada por una senda de rocas bastante técnica, al principio voy desmotivado por la molestia en el costado y haber perdido algo más de 6 minutos a lo tonto, amén de tragarme casi 700 metros extra, claro, pero poco a poco vuelvo a entrar en carrera y en la última bajada vuelvo a recuperar tres puestos. Al final llegué muy contento en 4h12' para casi 30 kilómetros, media hora menos que el año pasado a pesar de mi equivocación, 37 de la general y 6º de categoría.

El final, como siempre en la piscina natural de agua helada, con limonada, cerveza y bocadillo. Nunca me cansaré de recomendar esta carrera, y este año que me he visto con más fuerza y he acabado mejor, más todavía.

Aspecto de la piscina natural tras la carrera.
Ahora estoy descansando, en parte ya lo tenía decidido y en parte también por el dolor en el costado. Espero reanudar los entrenos pronto para hacer la tercera carrera de la Copa el 9 de Agosto en La Garganta y después ya tengo nuevo reto, me estrenaré en un "miniultra" de 51 kms. y 4.800 de desnivel en el Trail de los Artesanos el 26 de Septiembre.

viernes, 5 de junio de 2015

Kilómetro Vertical de Las Hurdes

Un kilómetro vertical precisa entrega, exigencia  y control....o no llegas.


Podría parecer que en una carrera de tan pocos kilómetros no cabe el planteamiento o la estrategia, en teoría hay que salir fuerte, colocarse y seguir a tope hasta meta, pero después de enfrentarme a mi segundo kilómetro vertical en tres semanas, he podido comprender que es fundamental estudiar tramo a tramo el recorrido si no te quieres quedar en mitad del monte, si en dos kilómetros gastas tus fuerzas os aseguro que subir pendientes del 30% sin piernas se hace imposible...ni andando.

Carrera de 16 kilómetros con 1.600 metros de desnivel positivo en la que el tramo inicial constituía la segunda y definitiva prueba del Campeonato de Extremadura de kilómetro vertical, algo más larga que la anterior 5,9 kms. y D+ 980 mts. pero sin descanso, este es el perfil total de la carrera. Hacer la carrera entera o solo el km. vertical era optativo.

Perfil general de la Carrera, los seis primeros kms. constituyen el Kilómetro vertical.
La carrera se disputó en el pueblecito de Ladrillar, en Las Hurdes Altas, desde el que se tenía que subir al punto más alto de la Comarca, el pico del Mingorro, en la Sierra de la Granjera, que marca el límite de las provincias de Cáceres y Salamanca y se asoma a la vecina Sierra de Francia y al Valle de las Batuecas. La subida es espectacular, se hace casí continuamente por una vereda pedregosa que en forma de zetas va arañando la falda de la montaña y según se asciende se puede ir apreciando la inmensidad de la comarca y unas vistas inabarcables, así hasta el kilómetro 4, y desde aquí ya en lo alto de la Sierra continuar cresteando hasta alcanzar el Mingorro a casi 1.700 mts. de altitud.

Calentamiento previo
Yo llevaba unos días con una molestia en la zona medial de la rodilla, lo bueno es que corriendo no me dolía, pero en frío la verdad es que me costaba trabajo arrancar, para evitar problemas me pongo un tape de sujección y caliento bien la rodilla antes de comenzar. Salgo convencido de mantener un ritmo decente sin detenerme a andar los dos primeros kilómetros, la pendiente es continua pero tendida y consigo mantenerme en el medio de la hilera, ya en el tercer kilómetro me adelanta mi cuñado e intento fijarlo como referencia, andando en los tramos díficiles y esforzándome en correr en otros tramos para cambiar postura y no sobrecargar en exceso los mismos músculos. Lo logro y consigo mantenerme siempre un minuto por detrás.

Salida ya en cuesta
Vereda por la que transcurren los primeros kilómetros
Entre el kilómetro 3 y 4 son las rampas más duras, superiores al 30% de desnivel, no son tan acentuadas como las de la anterior carrera en Losar, pero aquí no hay descanso y hay que mantenerse siempre al máximo de tensión.

A partir del km. 4, cresteo suave hasta la cima
LLegar al avituallamiento del km. 4 es un alivio, el calor de la mañana ya es evidente y toca refrescarse para encarar la zona más técnica de la ascensión, no hay tanto desnivel pero crestear la sierra entre rocas hace que tengas que llevar alerta los cinco sentidos, se intuye el pico a lo lejos, pero se hace eterno, finalmente tras vadear el penúltimo escollo, una pequeña bajada te deja en pies del hito y con ello del final de la primera parte de la carrera en 1h01'.

Llegando a Meta del Km. Vertical
Hito del Mingorro, a su izquierda la Peña de Francia, cayendo a la derecha el Valle de las Batuecas.
Como el otro día, me tomo unos minutos de relax e hidratación admirando la panorámica de la Peña de Francia, que casi se toca con los dedos y del insondable Valle de las Batuecas a su derecha y prosigo, el resto de la carrera me lo voy a tomar con tranquilidad y espero que me sirva de entrenamiento para preparar "la Pencona" ( La carrera más dura de Extremadura) justo una semana después. Seguimos cresteando la Sierra, pero de pronto compruebo que las cintas de baliza descienden por unos barrancos de piedra sin final. Ya me habían prevenido, pero el descenso por esta zona es criminal, bajo mucho más despacio de lo que he subido con especial atención de mis tobillos que en una semana se tienen que enfrentar a lugares aún más duros.

Sí, por aquí tuvimos que bajar




LLegar al quinto avituallamiento y que te digan que ahora hay que volver a subir unos seiscientos metros es casi un alivio tras la bajada criminal, hace mucho calor y se agradece coger la llamada Senda de Alfonso XIII ( que por lo visto pasó por aquí en su famoso viaje a las Hurdes acompañado por Gregorio Marañón, reseña de la ruta aquí) cubierto de vegetación a pesar de que la nueva subida se hace dura.

Senda de Alfonso XIII
Ya sé que el camino desemboca de nuevo en Ladrillar y es una parte muy corrible, así que me dedico a poner el ritmo a 5'/km e ir recogiendo algunos cadáveres de los que me pasaron como bólidos en la bajada.


Llegando a meta
El final de la carrera me permite volver a hacer una entrada en meta con mi hijo pequeño en 2h28' y comprobar después que he logrado mejorar el puesto que tenía en el Campeonato y que me hace subir al tercer cajón del podium y llevarme a casa un trofeo, miel de la zona y una riñonera de hidratación Salomon.

La poscarrera casi es lo mejor, cervecitas, charla con los otros locos, baño reconfortante en las frías aguas de la piscina natural y megapaella para todo el mundo pusieron el broche de honor.

Piscina natural de Ladrillar
Y el domingo tengo una gorda, la temible Pencona de Aldeanueva de la Vera, segunda carrera de la Copa de Extremadura, sus 29 kilómetros y 3.800 metros de desnivel junto a su dificultad técnica la convierten en la carrera más dura de Extremadura, esta es la crónica del año pasado, a ver si esta vez puedo bajar de 4h30'