miércoles, 13 de mayo de 2015

Kilómetro Vertical Losar de la Vera

Empiezas a subir, casi trepar desde el principio, cuando las piernas no pueden más sigues con la cabeza, cuando la cabeza no puede más con el corazón, cuando el corazón no puede más ves la meta.


Sabía que un kilómetro vertical es una carrera difícil, casi para especialistas, pero los maratonianos tenemos el defecto de fijarnos sobre todo en distancias, así que en una carrera de menos de 5 kilómetros, por mucho desnivel que tuviera, no pensaba que pudiera tener muchos problemas. Este pensamiento me duró hasta un momento en el que yendo ya con las piernas tiesas me dió por mirar el garmin, más de veinte minutos de carrera e iba ¡¡ por el km 1,2!!. ¡¡ Dónde me he metido !!

La historia comenzó un poco antes, madrugón para viajar a Losar y con 18º ya por el camino, presagio de que sería un día prácticamente de verano, al llegar caras conocidas montañeras de otros años, pocas, 70 inscritos me afirman en la idea que estas carreras pequeñas y tan particulares son territorio especialista y de un nivel bastante alto en la media, nadie se mete un kilómetro vertical para pasar una agradable mañana de domingo en la Sierra.


Tras una salida neutralizada para bajar a la piscina natural y reagrupamiento, se da la salida, el calor aprieta desde el principio y el sudor empieza a resbalar desde las primeras rampas, casi desde el primer metro, sin darme cuenta me quedo bastante atrasado, casi de los últimos, se corre lo que se puede, pero está claro que la gente busca posiciones para llegar sin atasco hasta donde nos salimos de la pista y empieza lo duro, no hay tregua, enfilamos ladera arriba por una vereda entre brezos y matorral bajo, hora de trepar, manos a las rodillas y pasito a pasito, en fila india, todavía tenemos fuerza para trotar unos metros en cuanto el desnivel se vuelve algo asequible, algunos aprovechan estos pequeños tramos para adelantar, yo me conformo con marcar un buen paso y no despegarme de los que llevo delante, me temo que estoy en la cola del pelotón.


Seguimos sin un descanso y el sol ya se muestra implacable, no estoy acostumbrado a estos desniveles, en mi sierra casi todas las subidas las puedo hacer corriendo y los tramos duros son cortos, aquí no se ve el final de la ladera, solo la fila impenitente de "colorines" regateando las rocas que por momentos también se convierten en obstáculos que trepar, saltar o sortear. Trato de mantener un ritmo continuo con pasos cortos y rápidos pero no es fácil, las piernas se cargan mucho, no pienses, solo sube. Por fin llega el primer avituallamiento en el kilómetro 1,5, cojo tres vasos de agua, uno me lo bebo, otro me lo echo por encima y con otro empapo la gorra, han pasado más de veinte minutos y sé que ahora empieza el kilómetro más duro.


Nos adentramos en un robledal y con determinación toca tirar de cabeza, el terreno pedregoso y siempre por encima del 35% de desnivel con tramos de hasta el 42% no permite florituras, pero mi estrategia empieza a dar sus frutos y empiezo a recuperar posiciones, a pesar de hacer este kilómetro en 19'11", calculo que he recuperado 8 ó 10 posiciones, esto puede dar una idea de lo que hemos pasado.


Llegamos a una pista y el terreno se suaviza, permite correr y justo tras el segundo avituallamiento incluso rápido, hay un tramo en muy ligera subida de unos 800 metros, intento regular el esfuerzo sin parar de correr y mantengo posiciones hasta llegar al km. 3,5 donde comienza el siguiente tramo duro, volvemos a atrochar ladera arriba por una zona de matorral bajo con mucha pendiente, sigo avanzando posiciones, localizo a un par de veteranos que conozco de otros años y trato de alcanzarles, paso con seguridad al primero y me acerco mucho al siguiente, ya se ve la pancarta de meta y el terreno, desgraciadamente para mí, quien me lo iba a decir, se suaviza un poco y este corredor comienza a correr, lo intento pero no puedo alcanzarle, llego fundido del esfuerzo y del calorazo en una hora justa, luego me entero que soy cuarto de categoría, a cinco segundos del tercero, el que no pude pillar y 35 de la general.

Llegada a la cima.
A continuación se puede continuar otra carrera paralela que nos lleva de nuevo al pueblo por otro camino o retirarte; como bajar hay que bajar de todas formas continúo en carrera pero ya me lo tomo con más tranquilidad, me permito unos minutos en el avituallamiento y comienzo el descenso, hay tramos muy técnicos con senderos entre rocas que tomo en principio con mucha precaución, pero según van pasando los kilómetros la confianza aumenta y aprovecho para practicar estas bajadas técnicas de terreno pedregoso entre helechos tan típicas de la zona verata, además parece que cuesta abajo y por terreno frondoso el calor se ha disipado, me pasan algunos corredores como motos aunque yo también doy cuenta de otros, sobre todo en torno al km. 9 donde se presenta la mayor dificultad del camino, el descenso campo a través hasta la garganta de unos 200 metros de desnivel casi vertical y entre rocas, muy, muy complicado.



Peligrosa bajada a la garganta

Tras atravesar la garganta, los últimos kilómetros ya por pista descendente hacen que salga a relucir la fuerza que me queda y van saliendo todos a menos de 4'30" hasta la meta, en total casi 13 kms. en 1h53'. En la general de esta carrera paralela vuelvo a ser cuarto de la categoría, parece que estoy abonado.


Preciosa carrera, el kilómetro vertical muy exigente, pero seguro que me sirve de experiencia para el segundo asalto del campeonato, el Kilómetro Vertical de Ladrillar, en Las Hurdes el 31 de Mayo.