miércoles, 31 de octubre de 2012

IX Maratón de Oporto.

Independientemente de mi resultado deportivo, y por si alguien se anima para otro año, tengo que empezar diciendo que tanto el viaje a Oporto como la Maratón son muy, muy recomendables.
La  ciudad es dulce y caótica, vieja y moderna, exquisita y decadente, sabe a vino dulce y bacalao, suena a fado y rock'n'roll, huele a mar y a río, en sus miradores se aprecia lo cercano y lo infinito.
Aunque no es muy recomendable la víspera de una Maratón, mereció la pena perderse durante horas por sus calles viejas de edificios torcidos, siempre con cuestas y escaleras, admirar sus plazas de fachada inglesa, visitar la librería Lello ( la tienda de magia de Harry Potter) y el centenario café Majestic, atravesar sus puentes, probar sus dulces, rendirse al mar.
Nos dió tiempo también de visitar la feria del corredor, pequeña, algo caótica y con demasiada cola para la retirada de dorsales. El que se disputaran a la vez tres carreras ( 6km, 15km y Maratón) puede que tuviera la culpa. Muy buena bolsa para 35 Euros de inscripción, mochila grabada, camiseta técnica asics, gorra, revistas y una botella de vino de oporto reserva especial para la Maratón, además en la llegada barra libre de cerveza rubia y negra, medalla, powerade y otra camiseta de algodón, el lunar fue el caótico sistema de guardarropa que hizo que tuviera que estar veinte minutos buscando mis cosas a la llegada.
En cuanto a la carrera, ahora en frío trataré de subrayar la gran cantidad de errores que fui cometiendo para que fuese imposible alcanzar mis objetivos, el viento fue un fuerte handicap, pero creo que sin esos errores aún con viento lo hubiera conseguido.
La noche anterior, entre el cambio de hora y que en Portugal es una hora menos se me hizo hasta larga, además nos hospedamos cerca de la salida y no tuve ningún problema en llegar pronto, eso sí, al mirar por la ventana vi unas banderas ondeando, más bien agitándose fuertemente y maldije mi suerte con el viento en los maratones portugueses, pues en Lisboa me pasó lo mismo.
Me tomé un café que repartían  en la salida, la verdad es que apetecía porque hacía bastante frío, unos 7 grados, pero con las fuertes rachas de viento la sensación térmica era aún menor. Justo antes de la salida cometí el primer error, esperé a ir al baño a 20 minutos de la partida, con el problema añadido de que los baños estaban al final de todos los cajones de los cincomil corredores que había entre la carrera de 15 kms. y la maratón, además había una buena cola, de modo que cuando quise acercarme a la salida faltaban solo cinco minutos y no se podía pasar hacia adelante, salí muy atrás y en los primeros metros no se podía correr, comencé a esquivar a gente además en una buena cuesta arriba y el primer kilómetro se me fue a 5:25, mal empezamos.
Empezando la larguísima avenida de Boavista vi a lo lejos los globos y cometí el segundo error, querer enmendar de inmediato lo perdido en la salida, en el km.2 alcancé el globo de las 4h, en el km.3 al de las 3h45' y en el cuatro ya estaba con el de las 3h30', pero para eso había tenido que ir esos kilómetros a 4:20, un esfuerzo nada razonable a esas alturas, pero me encontraba fuerte y no le di mayor importancia.
Aguante con el globo unos minutos, pero había tanta gente que decidí tirar hacia adelante, poniendo la marcha entre 4:45-4:50. En el km. 7 al salir al litoral nos empiezan a azotar fuertes ráfagas de viento que hicieron volar algunas gorras y a más de uno arrancaron literalmente el dorsal y que nos acompañarían de forma intermitente hasta más allá de la desembocadura del Duero en el kilómetro 22, además las numerosas zonas de empedrado a lo largo de todo el recorrido tampoco ayudaban demasiado a una zancada estable. Me obcequé en mantener el ritmo aún a sabiendas que el pulsómetro me decía que estaba yendo con esfuerzo de 4:20 cuando apenas lograba bajar de los 5'/km. Pensándolo ahora, debería haber esperado al globo y meterme en medio de todos bien protegido, pasé el km. 10 en 47'30'' y la Media en 1:42:40.
Después del primer paso por el puente de D. Luis tras una cuestecilla que costaba subir y donde estaba mi  familia, al cambiar de dirección pude volver a correr más relajado y los ritmos volvieron a 4:50 por toda la zona de ida de las bodegas de Vila Real da Gaia. En el km.28 se gira 180º y se vuelve, apareciendo de nuevo el viento y por tanto el esfuerzo suplementario, además veo que no le saco más de 300 mts al globo de las 3h30'. Resisto como puedo hasta pasar de nuevo por el puente, saludo a la familia y veo que se me acerca inexorablemente.
Los ritmos van decreciendo a 5:05 primero y a 5:15 después y en el km.34 me alcanza, intento mantenerme con ellos pero el pacemaker va muy alegre y en el 35 se me van. Inexplicablemente, al paso por un avituallamiento me paro, bebo un par de vasos de powerade tranquilamente que me sientan fatal y estoy a un paso de dejarlo todo e irme para casa, esa voz pesimista que a veces te habla en las carreras había tomado las riendas al ver perdido el objetivo. Luego he visto en el garmin que estuve casi tres minutos parado, aunque no recuerdo que fuese tanto tiempo, además veo que llegué a ese km. 35 en 2h52'50'' (incluso acabando a 5:10 los últimos 7 kms. hubiera hecho 3h30'), en ese momento no sabía que hacer y continué caminando, cuando quise empezar a correr, las piernas se manifestaron totalmente en contra, me costó un mundo poder trotar a más de 6'/km. 

Afortunadamente soy duro de mollera, comprendí la situación y esos últimos kilómetros ya sin mirar el crono iba pensando la forma de resarcirme en la próxima (como somos), incluso me divertí picándome al final con un corredor que me quería adelantar y que llevaba unas five finger, le dejé ganarme para poder salir entrando sólo en una posible foto de llegada que al fin he encontrado.
Nosotros arrastramos los pies, los keniatas se van dando con el talón en el culo.
Maratón muy recomendable, no muy multitudinaria 2.000 inscritos, recorrido precioso y sin mucho desnivel, aunque los accesos a los puentes y los dos últimos kilómetros hacían pupa, ciudad con mucho que visitar, barata y con buena bolsa, que más queremos......bueno a ser posible hubiera querido una mejor marca, que le vamos a hacer.

lunes, 29 de octubre de 2012

En Oporto la de arena

Tendré que escribir cien veces: en una Maratón nunca hay certeza.
Cayó la quinta del año
Estaba para hacer la marca que quería siempre que todas las circunstancias fueran favorables. No fue así, me obcequé luchando contra el fuerte viento y lo pagué. En el kilómetro 35 se acabó la carrera para mí.
Las 3h39' de ayer no me dicen nada. Bueno, en realidad me dicen muchas cosas que iré comentando en alguna futura entrada.

lunes, 22 de octubre de 2012

Frente a frente

Está ahí, me mira de soslayo, y aunque me venga cantando fados, el domingo no pienso darle un minuto de tregua al tío del mazo.

Toca destaparse. 
A pesar de que hace solo tres semanas corrí una Maratón de Montaña y que esta será mi quinta Maratón del año, creo que quizás es la primera ocasión que verdaderamente me siento con condiciones de atacar esas 3h30' que tengo como objetivo.
En Sevilla llegué algo pasado, no pude  aguantar el ritmo hasta el final y me fui a 3h36', en Badajoz las 3h31' me salieron casi sin querer, después de empezar muy reservón y acabar eufórico a 4'40''/km y en Madrid ya no estaba para muchos trotes, aunque disfruté enormemente durante 3h49' corriendo por el foro.
Ahora sí, mis últimos entrenos lo avalan, en el test de Gavela del miércoles me salió el primer 6.000 a 4'50''/km (tiempo estimado del ritmo Maratón) y 90'' después el segundo 6.000 a 4'15''/km, lo que me augura según Rodrigo una marca entre 3h24' y 3h28'.
El domingo sin mucho esfuerzo extra hice 12 kms. a 4'50'' y 6 kms. a 4'25''.
El circuito de Oporto no es malo, no llega a ser Sevilla o Valencia pero no está mal, primer kilómetro en fuerte subida, después 5 kms. de ligero descenso y el resto prácticamente llano hasta los dos últimos kilómetros que vuelve a picar hacia arriba, aunque para entonces, pase lo que pase, la Maratón estará hecha.
Lo que más puede pejudicar es que es un circuito muy expuesto si le da por salir un día lluvioso o con viento ya que bordea el litoral y toda la desembocadura del Duero, con doble paso incluido por el puente de D. Luis I, ida y vuelta. De momento las previsiones indican que tras una semana muy lluviosa el domingo puede que escampe.
Mi estrategia en está ocasión es muy sencilla, salir a 4'50'' y no dejar que me pase el globo de las 3h30', si es necesario me ato a él con un cable, ya veremos.

lunes, 15 de octubre de 2012

En la meseta

Tras alcanzar un objetivo, es más complicado la recuperación mental que la física.
Cuando en primavera ralicé mi reto particular de correr tres maratones en tres meses ya tuve la misma sensación que estoy teniendo ahora, incluso hice una entrada con mis reflexiones que os invito a releer, entonces marcaba la importancia de la motivación y la mentalización para la consecución de un determinado objetivo y como la capacidad de recuperación es fundamental.
Cuando nos marcamos un objetivo atlético en forma de una determinada prueba, lo esencial es intentar llegar al día D en el pico máximo de forma física y mental, y una vez cumplido, la relajación es tan grande que en el caso de maratones o pruebas ultras suelen presentarse bastantes síntomas del llamado síndrome del Maratón blues, no me gusta nada ese bajón que ya experimenté tras mi primera Maratón e incluso he pensado alguna vez que fue el motivo de caer poco después en las garras de la fascitis.
Desde entonces no busco ese pico máximo de forma física y mental, me he decantado por buscar una meseta, quizás no llego tan alto como podría, pero me mantengo arriba mucho más tiempo. ¿ Y como lo hago?, pues ya lo sabeis, multiplicando los objetivos, trabajando el plano físico correctamente para no llegar al sobreentrenamiento y sobre todo trabajando la mentalización para saber que como estoy haciendo algo que me encanta, después de una Maratón puedo seguir corriendo en busca de la siguiente y la siguiente, además variando distancias y terrenos he notado gran progresión sin matarme a series y sobre todo, no he vuelto a tener ninguna lesión importante, toco madera, pero hace más de año y medio que no estoy más de dos días seguidos sin correr.
Ahora mismo estoy en medio de dos de mis objetivos, quince días tras la Maratón de Montaña y a falta de trece para la siguiente veo que mi forma sigue en plena meseta con buenas sensaciones, buenos entrenos y rápidas recuperaciones, tratando de memorizar el ritmo que quiero seguir en Oporto. Esta semana quedó así:
Lunes: 11,5 kms. trote de recuperación a 5:26 y 136 pulsaciones medias
Miércoles: hice el llamado test de Yasso ampliando de 10 a 12 series, 12x800 con ritmos entre 4:05-4:10 recuperando 2'.
Viernes: 12 kms a ritmo M (150 ppm) que salen a 4:53 + 7 kms a ritmo MM (160 ppm) que salen a 4:39.
Domingo: 19 kms a ritmo M (150 ppm) que salen a 4:53 + 7 kms. a ritmo MM (160 ppm) que salen a 4:37.
 Total semanal de 71 kms. en cuatro salidas.
Sobre los test de estimación de tiempos para Maratón, diré que en principio no creo que sean nada relevantes en cuanto a la predicción de tiempos exactos, pero me gusta hacer 2 ó 3 semanas antes tanto el test de Yasso como el test de Gavela porque creo que son buenos entrenamientos premaratonianos y sin duda no te dicen donde estarás, pero si que te pueden indicar donde no tienes que intentar estar.

lunes, 8 de octubre de 2012

Próxima parada, Oporto.

Sigo imaginando, sigo intentando, sigo cumpliendo, sigo adelante.
Rebasado el primer stage de mi particular triada, toca mirar al siguiente objetivo a menos de tres semanas, Maratón de Oporto. Con cuatro semanas entre dos maratones no tienes mucho tiempo para hacer fiiligranas con los entrenos, 28 días, que he dividido en tres miniciclos de 9 días. El primero de descanso y recuperación activa de la Maratón de Montaña, el segundo para volver a aumentar volumen y meter sobre todo varios rodajes a ritmo M acabando a ritmo de Media y el tercero de vuelta al tapering.
Para empezar, esta semana pasada descansé hasta el miércoles, día en el que hice una salida de evaluación de daños colaterales, pequeña molestia en el gemelo izquierdo y cierta flojera o inestabilidad en el interior de la rodilla izquierda, probablemente mis meniscos se acordaron de las bajadas del otro día o de esas subidas manos en los muslos (vease foto), no me impedía trotar y curiosamente cuando más me molestaba era al manejar el pedal de embrague del coche. La cosa pasó y ya ayer domingo no había señales de peligro.
El viernes salí a hacer 14 kms. cochineros, acelerando un poco a mitad de sesión para hacer 6 kilómetros a 4:40, y ayer domingo nueva tiradita ( qué seríamos nosotros sin la tirada dominguera) de 90' sin pasar de 140 pulsaciones que me salen a 5:22 min/km y 30' finales a ritmo Maratón (sin pasar de 160 pulsaciones) que me salen a 4:39 min/km, total algo más de 23 kms.
Mi objetivo para Oporto sigue siendo bajar por fin de 3h30'. Sé que potencialmente tengo algo menos de ese tiempo preparando bien la prueba, pero actualmente me motivan más los objetivos múltiples, ya veremos, quizás en primavera pueda intentar atacar las 3h20', tengo a Barcelona dándome vueltas por la cabeza.

miércoles, 3 de octubre de 2012

V Maratón de Montaña "Pueblo de Artesanos"

No hacen falta grandes causas, la motivación se puede encontrar en un simple gesto, en un instante de emoción.
Subida al Castillo de la Marmionda, a 300 mts. de la salida
Camino a la carrera mientras veía una gran luna llena ocultarse al oeste justo al mismo tiempo que el sol salía por el lado contrario pensaba que mi objetivo en esta prueba era sentirme completo en todos los terrenos calculando bien la estrategia y creo que lo conseguí.
Comparada con otras de montaña no es una Maratón de las más duras aunque casi 43 kilómetros con 2.800 metros de desnivel acumulado tampoco es precisamente un paseo, pero tienes de todo, es humilde (250 corredores en el total de las pruebas) y la organización es sobresaliente, subidas y bajadas técnicas, caminos para correr, veredas, cortafuegos, paso por tres pueblos con animación....este año han variado el recorrido y ha sido un acierto, pracicamente han cambiado 10 kms. llanos que había al inicio por 10 kms. de puro monte tras subir el cortafuegos del Pico de Silleta. 
La carrera comienza a las 9h30'en el pueblecito de Portezuelo, el día ha salido fantástico y la salida es fulgurante para lo habitual en estas carreras, pero es que a 300 mts. de la salida ya hay que meterse por una vereda para subir al Castillo de Marmionda en fila india y nadie quiere perder demasiadas posiciones, mi pensamiento era subir andando el duro repecho, pero estoy bien colocado y me dejo llevar por mis compañeros de carrera que suben corriendo, pues nada, ya dosificaré después.
Paso por el Castillo
Tras el paso por el Castillo, la carrera discurre por la Cresta de la Sierra de Valdecocos  hasta su zona más alta, es una zona que los traileros llaman técnica, pero en realidad es como si tuvieras que ir haciendo parkour por lo alto de la Sierra, saltos entre peñas, agacharse bajo los arbustos, derrapar, correr, trepar con las manos, buscar las cintas de baliza, cuidar los tobillos. Esta zona la hago tranquilo y mantengo prácticamente la posición, hasta que al girar a la derecha en el km. 3 se vislumbra un gran cortafuegos en descenso en el que varios corredores me pasan como volando, me imagino un tropezón y como se formaría una gran bola de corredores rodando cuesta abajo como en los comics, aunque yo bajo bien, pienso que es demasiado pronto para arriesgar y mi descenso es tranquilo. 
Subida al Pico de Silleta, 2 kms de ascenso puro y duro
El tramo siguiente es de caminos, con ligeros toboganes, es un tramo apto para correr, pero decido regular y guardar fuerzas, me pasan bastantes corredores y les voy anotando la matrícula, creo que excepto dos, todos fueron cayendo después uno tras otro. Uno era un chico portugués con el que estuve alternando posición continuamente toda la carrera, finalmente entró delante de mí por algún problemilla de estómago que tuve al final, pero es reconfortante pensar en un deporte en el que has estado compitiendo casi 5 horas y como tras cruzar la meta un chico que no conoces de nada, en este caso de otro país, te espera para darte la mano y felicitarte por la carrera.
Sobre el kilómetro 7 me pasan como una moto los primeros clasificados de la Media, que salieron 10 minutos después de nosotros, llegamos a un pueblecito pequeño, semiabandonado pero precioso, El Arco y tras avituallarnos bien comenzamos la escalada al Pico de Silleta, primer cortafuegos, dos kilómetros al 30% de desnivel que tardo unos 25 minutos en subir, sin prisa pero sin pausa, y aquí si empiezo a pasar corredores, mis paseos subiendo la Sierra de la Mosca, parece que empiezan a dar sus frutos. 
Parada de repostaje
Tras coronar el Pico comienza el terreno nuevo de este año para los maratonianos, que incluye una bajada vertiginosa por una vereda empedrada hasta el pueblo de Cañaveral que me dejó las piernas literalmente temblando y varios tramos durísimos, destacando  el cortafuegos del Reventón que por su nombre deduciréis como es.
Comienza otra subidita
Todos estos kilómetros los hago junto a mi amigo portugués y recuperamos bastantes posiciones, en las subidas ya se empiezan a ver andares cansinos, corredores parados y caras expresivas de fatiga, además uno de los avituallamientos lo han puesto en una casa rural muy coqueta, a una hora en que el sol ya empieza a calentar, con su césped recién cortado, sus hamacas y su piscina impoluta que no invitan precisamente a continuar subiendo cortafuegos, pero como aquí hemos venido a esto, parada técnica, lavado de cara, refrescarse y a continuar.
Cotafuegos del Reventón, nombre muy apropiado
Tras la última subida dura lo que queda de carrera es primero en descenso hasta el km. 30 y después todo llano, aunque los pies ya van castigados de tanta piedra y es difícil encontrar frescura en la zancada, hago un par de kilómetros en torno a 5'/km y aunque voy muy bien de piernas el calor se empieza a sentir más y más. 
Km.32 y con ganas de correr
En uno de los avituallamiento quizás bebí más de la cuenta, el estómago se me llena de líquido y sigo teniendo sed, bebo más y con algunas naúseas no puedo seguir a ese ritmo, mi amigo el portugués se me va poco a poco, decido andar un poco en el kilómetro 38 y no volver a beber, en el último avituallamiento solo me enjuago la boca seca, ya voy mejor y empiezo a correr ya hasta la meta, al poco de cruzarla echo los tres o cuatro últimos vasos de líquido que tenía en el estómago y me quedo como nuevo, 4h44' y con la sensación de haber podido llegar 10 ó 15 minutos antes arriesgando un poco más al principio, en las bajadas y sin los problemas finales.
Felicito a mi cuñado que ha hecho una gran carrera en la Media ( en realidad fueron 27 kms.) y al ver la primera hoja que sacan de la clasificación, veo que de los 18 primeros, sólo hay uno de mi categoría y el tiempo del puesto 18 es de 4h34', así que espero a ver como he quedado, cuando sacan la segunda hoja veo que he quedado 27 de la general y 3º de mi categoría de veteranos, así que tuve que quedarme hasta que llegó el último corredor a las 4 de la tarde, no me iba a perder la ceremonia de entrega de regalos y la primera vez que subo a un podium, a mis años, será posible.
Podium, no sé si merecido, pero al menos sí inesperado.

lunes, 1 de octubre de 2012

Somos despreciables

Según S. Sostres soy absurdo, hipócrita, intelectualmente despreciable, capado, impotente, infeliz y un bárbaro que desprecia la vida. El pecado es que me gusta correr Maratones.
Fuente: Corredors.cat
Iba a comenzar una entrada con la crónica de la Maratón de Montaña del domingo, pensando en como transcurrió la carrera y cuales fueron mis sensaciones en cada momento, como sentía una  absoluta satisfacción a pesar del esfuerzo y la dureza de una Maratón de Montaña y mi pensamiento se va hacia lo que debió sentir una compañera runner que murió la madrugada del sábado al domingo mientras disputaba la carrera ultra de Cavalls del Vent, 84 kms. con 6.000 de desnivel positivo que se disputó en unas condiciones extremas de lluvia y frío. Teresa Farriol no era una principiante y sin embargo no pudo superar la hipotermia extrema con la que terminó a las 12 de la noche en el refugio del km. 50. Una desgracia que le ha venido al pelo a un plumilla irreverente, recalcitrante experto en polémicas para lanzar mierda al aire, a ver si esta vez puede salpicar al mundo del deporte de resistencia, y de paso a muchos de nosotros con sus insultos; en contraposición menos mal que nuestro blogger-ultrarunner-periodista favorito Carles ha hecho un verdadero trabajo periodístico de inmersión en la prueba y sabe de que habla.
Que sirva mi entrada protesta de recuerdo a Teresa y de apoyo a su familia y compañeros.
Pd: Si no hay más novedades la siguiente entrada si será la crónica.