viernes, 26 de febrero de 2016

Mi Maratón de Sevilla 2.016. Momentos

Me faltaron cinco semanas y me sobraron cinco kilos.



Existen pocas experiencias que personalmente te aporten lo que te da una Maratón. ¡¡ Que momentos!! Da igual si llegas en dos o cuatro horas, si se afronta luchando por tus objetivos, sean cuales sean, cada Maratón se convierte en inolvidable. En principio he de decir que quizás esta ha sido de las que más me ha costado afrontar, si algo tengo claro es que aparte de entrenamiento, lo más importante para correr una Maratón es querer correrla y yo hace un mes ni creía que podría ni en el fondo quería correrla, me acababa de retirar de una Media en el kilómetro diez.
Demasiado tiempo, aunque llevaba un par de meses trotando y con la bici seguía estancado en la lesión, conociendo por ser perro viejo lo que viene después del 30, mi motivación no era la óptima. Estoy seguro que si hubiera sido de las primeras no hubiera acabado, quiza ni hubiera empezado, pero hace veinte días una buena semana de entrenos me dio lo que tanto necesitaba, ganas de correr, y vaya si la he disfrutado.

Quinto año consecutivo en Sevilla, tras muchos meses parado los objetivos cambian pero el fondo es el mismo, siempre se viven momentos mágicos, buenos y malos. Ahí van los míos:

Levantarte en silencio tras un duermevela inevitable, desayunar, preparar la ropa con esmero y comprobar que el garmin se ha colgado y que me va a tocar ir sin referencias, mi táctica de ir controlando las pulsaciones se va al garete de pronto.

Acercarte al estadio al amanecer, contemplar las manadas de corredores que acuden a la llamada y saludar a mis amigos blogueros que siguen fieles y comprometidos con esta locura año tras año.


La enésima vez que escuchas a los AC/DC antes de la salida y la enésima vez que te emocionas.

La mano en la espalda a los pocos kilómetros de mi amigo Angel, como en los últimos años y al que solo veo de año en año en Sevilla.

Cruzar el puente de San Telmo y comprobar esperanzado que los siete meses parado de momento no le pasan factura a los aquiles.

Ver por el kilómetro siete como se vuela el primer globo de 3h30' delante de mí y asimilar que sin pulsómetro y sin globo, por segunda vez esta mañana me vuelvo a quedar a ciegas.


Pasar por el diez y comprobar que no se me ha olvidado correr, aunque con el catarro que llevo hace dos días, la calima y la nariz taponada, lo que parece que se me ha olvidado es respirar.

Emocionarte ante el gentío que anima, con fervor casi mariano al paso por la Macarena en el catorce, es una zona donde esperan muchos familiares por haber hoteles y no estar lejos del estadio.

Solidarizarte con los primeros lesionados, parados ya en los bordes de la carrera, animarles lo que puedes y dar gracias por no haber sido uno de ellos ( al ver a alguno me acordé de Alex).


Pasar la Media Maratón con fuerza y al ir sin crono comprobar que llevo un tiempo mucho mejor que el que creía.

Sentir la piel erizada ante las muestras de amor de algunos niños con sus carteles de apoyo a sus padres, me emocionó en especial un niño de unos cinco años corriendo y gritando con pasión a su ¡¡Mami, mami!!

Llegar al kilómetro 30 y que los aquiles sigan calladitos.


Entrar en la Plaza de España, comprobar que el del mazo sigue campando por allí y que, visto lo visto con mi floja preparación, no me lo iba a poner tan fácil como yo pensaba un par de kilómetros antes.

Darlo todo para atravesar bien los mejores kilómetros del recorrido, por el centro de Sevilla y tratar de llegar con "buena cara" hasta la Alameda de Hércules, ya en el 39, donde me esperaba mi familia.

Por el km.39, la procesión iba por dentro
Pasar el puente de la Barqueta sabiendo ya cumplidas dos de mis tres premisas de Maratón, que voy a llegar y que voy a hacerlo en torno a las 3h30' ( al final fueron 3h33'), falta la tercera " no ponerme a andar en ningún momento" y estoy comprometido a cumplirla aunque sea a 5'40" en esos dos últimos kilómetros.

Llegar al túnel del Estadio, entrar en esa oscuridad acogedora y fresquita (para entonces ya apretaba por momentos el calor) y ver al fondo la emocionante luz del interior y un montón de corredores ya llegados envueltos en un plástico naranja animando para esos últimos trescientos metros.

Pisar la recta final, tener la sensación que vas flotando solo hacia la pancarta y comprobar después en los vídeos que estás rodeado de decenas y decenas de corredores.


Cruzar la meta y parar de correr, si hay una sensación aún mejor que encontrar el flow corriendo es el momento de pararte después de cruzar la meta en una Maratón y pensar que ya no tienes que correr más, al menos en unos días.


Sevilla, hasta el año que viene.

Lo menos importante, los tiempos.
Si queréis saber lo que ha sido vivirlo desde dentro, mirad este vídeo de pitufollow:


sábado, 13 de febrero de 2016

Por los pelos. Objetivo Maratón de Sevilla.

Hace un mes no hubiera apostado un duro por poder correr la Maratón de Sevilla.


Siete meses de lesión. Una lesión ( entesitis aquílea bilateral) cuyo apellido es común a otras muchas lesiones de corredores y que implica al famoso tendón de aquiles, de las más pesadas, que no te incapacita totalmente pero te menoscaba la forma física y sobre todo la moral.

Primeros meses sin correr, sólo la bici mitigaba mis ganas de gastar energía, pasado el tiempo decidí que me compensaban unos minutos de trote sin dolor en medio de unos kilómetros de sobrellevar las molestias. Llegó un momento en que a pesar de los cuidados y el tratamiento se estancó, pasaron meses en que no empeoraba, pero tampoco progresaba nada, mejoraba de un lado y empeoraba del otro, curiosamente el talón derecho, que fue el que comenzó todo me dejó de molestar tanto y el dolor se traslado multiplicado al izquierdo, quién lo entiende. 

Llegó la Navidad y sólo podía salir dos o tres días a hacer ocho o diez kilómetros, aunque seguía con la bici a tope que creo que es la que mantenía mi estado de forma (y mi peso) algo controlados.

A primeros de año tomé la decisión de intentar aumentar los entrenos de carrera, aunque seguía pensando que llegar a Sevilla era una quimera. Incluso me inscribí en una Media Maratón para obligarme a hacer una tirada más larga. La realidad me pego duro, en esa Media salí más rápido de lo debido y en el km. 7 los pinchazos se agudizaron, decidí parar y aun así no me disgustaron los 45'16" en los diez kilómetros que corrí.

Faltaba un mes para Sevilla y tomé otra decisión, o podía con un par de semanas de carga o lo dejaba. Me infiltré trigon depot en cuatro pinchazos en el talón izquierdo (esto no lo hagáis vosotros en casa) y ocurrió un pequeño milagro. A los dos días no solo dejó de dolerme ese talón sino también el otro y unas molestias que arrastraba en una cadera también fueros desapareciendo, supongo que al dejar de dolerme el talón, mi postura se volvió menos forzada y eso mejoró todo lo demás. El caso es que esa semana ya pude terminar con 65 kilómetros, incluyendo una sesión que tenía que juzgar mi decisión final, una tirada de las de verdad, me salieron 30 kilómetros a 5'12"/km por el Camino de Santiago de la Ruta de la Plata con sus toboganes y tomé la decisión de ir a Sevilla; el problema es que sólo quedaban tres semanas.

Ayer leí una gran entrada de Angel @contadordekm (todo un referente en el mundo #runnermedia y #runnerRRSS) en la que cuenta que estas tres últimas semanas casi le sobran, lleva todo el entreno hecho y por temor entrena " a la defensiva". A mí también me ha pasado en otras maratones y tiene toda la razón, pero en esta ojalá tuviera yo esas tres semanas más que otras veces nos sobran.


Tenía 20 días, hay muchos que ya están comenzando el tapering. ¿ Qué hacer?. Pues toca realizar un miniciclo de trabajo. Ocho sesiones de carga, dos de afinamiento y cinco días de tapering.
El resumen ha sido 115 kilómetros en esos ocho entrenos con una tirada de 26 kms. a 4'59" que me dejó muy contento, los dos días de afinamiento comenzarón ayer con el primer día de calidad de todo el plan 3 x 4.000 a 4'29", 4'24" y 4'18"/km y mañana que haré el test de la hora.
Con esto y un par de rodajes cortos esta semana llegaré a Sevilla, es lo que hay.
De la lesión tengo vagos recuerdos al principio de los entrenos pero cada vez va mejor, aunque siempre me queda el temor de lo que pueda pasar en 42 kilómetros.


Obviamente mi único propósito será disputar una Maratón más, mi número 14, con mis tres objetivos prioritarios de todas las maratones. Primero acabar en buenas condiciones, segundo hacerla sin andar y tercero rondar las 3h30'. El tercero este año se alejará un poco, pero seguro que hasta el km.30 al menos andaré ahí cerquita de la liebre.

Sevilla es mi maratón "de casa", con este serán siete años yendo (aunque los dos primeros no pude correrla por lesión), me ha dado buenos y malos ratos, mis mejores marcas y la satisfacción de saludar cada año a muchos de vosotros. Espero que este año se repita, por si acaso como todos los años, yo andaré de 8:00 a 8:15 ya cambiado en la entrada del tunel de acceso al Estadio por la zona Sur, por si alguno quiere echar diez minutillos de charla y hacernos unas fotos.

Sevilla 2.012
Sevilla 2.012
Sevilla 2.012
Sevilla 2.013
Sevilla 2.013
Sevilla 2.014
Sevilla 2.014
Sevilla 2.015
Sevilla 2.015
Sevilla 2.105
Un abrazo a todos y perdonad mi desidia con el blog, no tengo perdón.