
Esta semana pasada me he dado cuenta que esto no me pasa solamente corriendo, tanto en el gimnasio como en la bici, no tengo medias tintas, cuando me pongo, me pongo. Nada de salir con la bici a dar un paseo por los caminos, en dos minutos estoy concentrado dando fuerte a los desarrollos, y mi corazón se vuelve a acordar de sus ritmos de "trote", además con la bici nueva, en comparación con la que tenía, esto se traduce en ir mucho más rápido y mucho más cómodo, supongo que el entrenamiento específico de MTB también se va notando, tanto que las rutas se me alargan y esta semana he acabado con 168 kms en tres salidas.
Especialmente intensa fue la del viernes, tras una mañana de lluvia, el cielo se abrió por la tarde y decidí salir buscando el sol, el clima era increíble con buena temperatura y esa claridad que aparece en días tormentosos con partes del cielo oscuras y otras azul brillante, como decía antes, los caminos se alargaban y después de una hora por la Sierra, seguía alejándome y enfile hacia Valdesalor, sobre el pantano se veía a lo lejos que se iba formando una tormenta parecida a la de la foto, pero creí que podría sortearla, imposible. Cuando por el camino embarrado el viento arreció y empezó a diluviar, solo pude apretar los dientes para salir a la carretera cuanto antes. De pronto, apareció también algo que no había previsto, rayos, truenos y centellas cayéndome cerca y que me asustaron tanto que tuve que refugiarme en un caserío, hasta se me pasó por la mente la historia de Carles sobre Erwan. Tras veinte minutos y dándole la espalda a la tormenta, no tuve más remedio que volver por el camino más largo, chorreándome el agua por la cara, la espalda, el culot y los brazos, soportando algunos pitidos de conductores que no podían comprenderlo, pero llegando a casa sintiéndome vivo y feliz.
Este próximo fin de semana, coincidiendo con un puente largo que tenemos por aquí con viernes y lunes festivo, vamos a aprovechar para darles a los niños una ración extra de sus personajes favoritos en Disneyland, ya que no podré correr por el lago, me conformo con que me dejen un par de tardes para pasear por Les Tuileries y Montmartre.