viernes, 29 de agosto de 2014

Mar y montaña

Solo lo disfruto unos pocos días al año y no sé explicar lo que me aporta, pero el mar se me hace indispensable.


En cualquier tiempo y lugar de costa disfruto tanto la suave playa tranquila como el abrupto acantilado, el redentor baño frío del Atlántico como el cálido paseo al atardecer del Mediterráneo, la plácida soledad de nadar y nadar alejándome de la playa como la inestimable presencia familiar en la orilla, los incansables juegos con mis hijos, de energía inagotable como el reposado tiempo de lectura a la sombra de una cerveza.

Desde hace unos años, añado a esto el placer de correr cerca de él, a pesar de venir de correr con diez grados más siempre acuso al principio la desaforada humedad que me hace sudar sin parar, es lo que tiene ser de interior. Este año, en la Costa del Sol tocaba mirar hacia adentro, se veían los montes cercanos y me dispuse a buscar un circuito curioso con vistas a la Maratón de Montaña de septiembre.


Siempre temprano, salida de la zona de costa, atravieso el parque de Calahonda, ya estoy sudando y mi ritmo es bueno.


En dieciséis kilómetros y a pesar de ir hacia la sierra paso junto a dos campos de golf y varias urbanizaciones de lujo, estoy cerca de Marbella, no hay duda.




Sigo subiendo, atravieso la autopista por un paso elevado, veo una ermita en lo alto y un par de cerros de los de subir a fuerza de piernas...y brazos.


Sobrepasado el primer escollo, doy la vuelta por la última urbanización, ya colgada en lo alto de la Sierra, paso por la charca donde al parecer, vive un aligator, yo no lo vi ningún día.


Segundo cerro salvado, la vista de toda la Sierra de Mijas es preciosa y diferente de la sobreexplotada línea de costa.



Ahora ya sí, esprintando hasta alcanzar la Ermita.

La bajada es relajada, el calor comienza a apretar y siempre se agradece la sombra de los eucaliptos al alcanzar de nuevo el parque.


Repito foto, pero la sensación de acabar un buen entreno así no tiene precio, dieciséis kilómetros, 800 metros de D+ y unos cien minutos después, con todo el día por delante.

13 comentarios:

  1. Que grandes fotos...dan ganas d correr detrás d ti....y delante del cocodrilo!!....Un abrazo!

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  2. Saluda de mi parte a los ceromil corredores que en verano entrenan maratones de montaña. A veces creo que estamos locos de verdad, nos vamos a la playa a "descansar" y nos damos estas palizas. Increible.

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  3. Espectacular!!!!!! El mar es algo grande, el mar es algo maravilloso

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  4. Eres una máquina, tú sí que no desfalleces nunca. Te espera una gran temporada, no hay duda. Lo del cocodrilo es de traca... Un abrazo.

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  5. 800+ , buen entrenamiento y muy duro con esa humedad. Que gracia lo del bicho, será verdad? Disfruta de las vacaciones

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  6. Te entiendo totalmente Miguel!! el mar..!! imagínate yo que nací en un país costero y ahora vivir en el centro de la península!! ainss cada vez que veo y huelo el mar me transporta!! me encanta!!
    Por cierto, ese cartel del cocodrilo no tiene desperdicio! :-)
    Preciosas fotos como siempre!
    bss
    Tania

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  7. Me ha encantado la lectura tan bien combinada con las fotos dan ganas de ponerse las zapatillas y salir para allá. Muchos días sin pasar por aquí Miguel me alegra verte tan bien.
    Un abrazo.

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  8. A mí me pasa lo mismo. Entrenar con el mar al lado me da un plus de energía, de relajación... no sé. Pero me encanta. Y lo que dices, esa sensación de madrugar, entrenar viendo el mar, terminar y saber que tienes todo el día para ti por delante es maravillosa.
    Un saludo. Muy bonitas fotos.

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  9. Que buenos entrenos en verano. Y en soledad.
    Yo el mar lo echo de menos cuando no lo tengo. Somos agua y tenemos una extraña conexión con el mar. Me alegra oir que sigues ahí fuerte.

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  10. Mar y montaña, un lujo al alcance de pocos. No te veo bidón, esas salidas y en verano mas la humedad de la costa, es un poco arriesgado, no?

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    1. Si llevo, Tomás, pero no se ve porque utilizo el cinturón como trípode improvisado de la cámara, jeje.

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  11. Yo también solo visito el mar en verano unos días pero para mi es imprescindible. Automáticamente asocio el mar con las salidas temprano a correr por la playa y luego el baño de rigor antes de ir a casa y desayunar. Esa carrera con +800 tiene mucho mérito con la humedad y el calor que suele hacer por esos lares...

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  12. Hola Miguel,

    Soy de costa, así que para mi el mar es una necesidad vital, pero tampoco podría vivir sin montaña, así que al igual que tú, soy un híbrido de mar y montaña.

    Buen entrenamiento te has marcado, solo te falto hacer unos largos en la charca para meterle un buen susto al presunto cocodrilo, je,je

    Nos vemos corriendo,

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