Después de leer muchas entradas de blogs narrando situaciones de desilusión, sufrimiento y desolación en el Mapoma, tras entrenar duramente durante meses, me pregunto si merece la pena tanto sacrificio para después tener un mal día el día D, lesionarte, hundirte física y psicológicamente, darte de golpe contra el muro. Por qué no podemos simplemente salir a correr por el parque hasta que nos cansemos, sin pulsómetros, cronómetros ni planes de entrenamiento si lo que verdaderamente nos gusta es correr. La respuesta, es que por naturaleza, los humanos somos competitivos; sí, va en nuestros genes, competimos por todo, primero contra los demás y después cuando vamos tomando conciencia de nuestras limitaciones contra nosotros mismos, merece la pena porque no hay nada más excitante que superar los que consideramos nuestros propios límites. Pero ojo, como dice Jan en su blog, algo de sufrimiento controlado es necesario para mejorar, pero el arriesgar la salud y nuestra integridad por llegar el 3.456 ó arañar unos segundos no nos merece la pena ni a nosotros ni a nuestros allegados.
Muchos empezamos en el running corriendo diez minutillos y andando cinco, así 3 ó 4 kms. Al poco tiempo vamos aumentando la distancia y vamos llegando a 5, 7 ó 10 kms. Después nos ponemos un reloj y cronometramos y, por supuesto, a continuación queremos hacerlo más rápido, y entramos de lleno en la vorágine del estado competitivo deportivo por naturaleza, con su lema Citius, altius, fortius (más rápido, más alto, más fuerte), desde aquí a plantearte competir en una carrera de 10.000 o Media hay un paso, y de aquí al Maratón....
He leído por ahí que cuando uno empieza a correr con más de 45 años, su estado de forma óptimo, y por lo tanto sus mejores marcas, se alcanzarán tras tres años de práctica constante. Si empiezas entre los 40 y los 45, tus mejores marcas llegarán a los cinco años de entrenar de forma habitual, si empiezas entre los 30 y los 40 llegarás a los siete años, y si lo haces de los 20 a los 30 a los nueve. Después, dependiendo de tu entrenamiento y estado de salud puedes mantenerte arriba entre 5 y siete años más y a continuación vendrá inexorablemente el declive en tus marcas, que no en tu estado de forma que puede ser bueno de por vida. Como yo también soy competitivo y empecé a los 41 años ( hace 2), pues pienso en positivo y tengo aún 3 años para alcanzar mis metas 1:30 en Media y 3:30 en Maratón. ¿ Será posible?
Yo creo que todo el sacrificio previo merece la pena, al menos en mi caso, porque se hace con gusto, lo duro es ver que el día de la maratón no salen bien las cosas. Pero no hay excusas, hoy mismo empieza el nuevo plan maratón otoño-invierno de jan...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, una excelente entrada... y me quedan cuatro años para mi mejor marca...
Hola Miguel, claro que mecere la pena, partiendo de la base que disfrutas corriendo.
ResponderEliminarYa conoces mi caso reciente, he fallado estrepitasamente el día M, pero todo lo que he disfrutado y he aprendido durante la preparación no me lo quita nadie.
La clave es ser realistas con el objetivo en función de tú forma fisica, y el dia M, tener muy claro donde esta el límite si se tuercen las cosas, como ocurrio ayer para no terminar como el de la foto.
Un saludo y esos objetivos son los que tengo yo en mente también.
PD: Queda mucho pero Malaga y en puente me esta empezando a gustar la idea. A ver si cuelgan más información en la web.
Claro que es posible.
ResponderEliminarAsí que apuntas al 1:30 y al 3:30
Pues a por ellos.
Fijate que somos populares y disfrutamos entrenando, si el dia grande hace mucho calor o nos levantamos con un resfriado que cualquier otro dia hubiera pasado desapercibido, pues no pasa nada. Pero los profesionales pasan por los mismos riesgos y se juegan todo a un par de cartas al año, eso si que es duro, jugarte los garbanzos a un día y ese día levantarte con problemas estomacales.
ResponderEliminarSobre el sufrimiento, estamos programados de fábrica para que nuestro cerebre nos haga parar cuando sufrimos, nuestro cerebro está programado para cuidarnos. Pero hay un moneto donde superas eso. No es ni bueno ni malo, depende de en que condición puede ser extremadamente peligroso.
No sé si merece la pena pasar por eso, pero si merece la pena salir a correr, practicar un deporte que nos aporta satisfacciones y amistades, y como no, también desilusiones, pero estas dependen de los objetivos que te plantees.
ResponderEliminarYo a un maratón voy a disfrutar, primer objetivo terminar, segundo bajar de cuatro horas y tercero bajar mi marca (solo la mía); si veo que no voy bien levanto el pie y pasito a pasito hacía la meta; sufrir, en 42 kilómetros es muy díficil no hacerlo; pero el logro también merece un poco de sufrimiento, siempre por supuesto sin jugarse la vida, eso es otra cosa.
Un saludo.
Merece la pena Miguel y ya te digo yo que conseguirás tus objetivos y metas.....sigue entrenando que los buenos resultados se consiguen con constancia y tu la tienes...
ResponderEliminarUn saludo
Quique
Si que merece la pena. En mi caso es tal la satisfacción el haber acabado una prueba que supera con creces todo lo duro que ha sido el entrenamiento y la prueba en si.
ResponderEliminarSi hacemos caso a las estadísticas yo soy de los que alcanzaría la plenitud en 7 años... uyy, ya sólo me quedan 2 añitos. Seguiremos luchando/entrenando.
Suscribo los plazos y las metas
ResponderEliminarHombre, sin sufrimiento no tiene gracia, es una forma de aprender y saborear los resultados
Pero lo de ayer fue demasiado, lo recordaremos mucho tiempo, incluso los que no corrimos
JUAN
Hola,
ResponderEliminarcomo bien escribes esto es una inversión a largo plazo. Somos corredores aún noveles (yo llevo apenas 4 años pegándole), así que hay que dar tiempo al tiempo y no obsesionarse NUNCA con las marcas ni con las carreras.
Saludos
Todo es relativo, tiene que ser medido y no a costa de todo: salud, familia, otras aficoones...
ResponderEliminarMe ha gustado la reflexión y me ha encantado eso de que me quedan dos años para mejorar.
Muy buen blog, amigo, me hago seguidor, por supuesto... Por cierto, gracias por ser el 101!! jajaja...
ResponderEliminarUn abrazo!
Merece la pena.
ResponderEliminarMe he arastrado con Victor, he corrido con Jan, con Quique, con Gonzalo. Lo importante no era el día D. Son los cientos de kilómetros que corrimos hasta llegar a ese día.
Y los que nos quedan,
Un abrazo
Claro que sí. Merece la pena y para cada uno merecerá la pena el límite que se marque.
ResponderEliminarCreo que siempre trataremos de superarnos; el hombre inquieto, que somos la mayoría, tratará siempre de intentar un paso más. Pero nunca debemos de ser tan insensatos como poner en peligro nuestra salud y lo que conlleva para nuestros seres queridos.
Es una magnífica reflexión la tuya que comparto. Yo también comencé a correr regularmente va a hacer ahora dos años: con 40. Y no fue debido a la crisis sino como terapia anti estresss. Estoy feliz y contento pero voy despacio, tranquilo. Disfruto y todo llegará.
El día que corra un Maratón, 2011, mi meta será terminar y, si no lo consigo, pues otra vez será...
Un abrazo a todos...
Sí, vale la pena, siempre y en cualquier circunstancia; aprovecho para seguirte; un saludo.
ResponderEliminarHola Miguel, primero que todo quiero agradecerte tus palabras de ánimo, créeme que siempre son bien recibidas y disculpame por no pasarme por aquí pero he estado bastante desconectada de los blogs pero dentro de unas semanas espero retomar la marcha y leerlos con más frecuencia.
ResponderEliminarMe ha gustado esta entrada, tengo 9 años para alcanzar mi estado óptimo, menos mal, tengo tiempo :-))
Un fuerte abrazo,
bss
Tania
Por supuesto... Merece la pena...!! Siempre, eso si, que uno actué con conocimiento de causa y sepa prepararse para afrontar sus retos..
ResponderEliminarEl espíritu de superación que llevamos dentro nos empuja hacia adelante y en nosotros reside la capacidad de orientar de forma correcta esos impulsos.. Así, que piensa que tienes por delante tus mejores momentos... Prepárate para afrontarlos y disfrútalos....!!
Pues no se si merece la pena (se que sí) pero creo que es algo que no podemos evitar, que está dentro de nuestros instintos de continua superación o/y competividad.
ResponderEliminarUn saludo
Guillermo