Olvidada y cubierta de polvo

Siempre en segundo plano, solo me acuerdo de ella cuando me falla el plan original, afortunadamente no me guarda rencor y siempre se entrega plenamente.

Del garaje, en el ángulo oscuro,

de su dueño tal vez olvidada,

silenciosa y cubierta de polvo,

veía mi flaca...

Espero que Bécquer me perdone la licencia de comparar el arpa de su poema con mi bici, pero la situación de ambas se me antoja idéntica. 

Después de nueve días sin poder correr, la progresión no es la deseada y el gemelo no está todavía por la labor.....y yo me subo por las paredes viendo los días pasar y las fechas claves acercarse.

No he querido ir al gimnasio, me conozco y no tendría sentido machacarse muscularmente antes de una Maratón, pero algo tenía que hacer, así que ayer por la mañana, viendo que tras un par de kilómetros notaba que la molestia iba a aumentar, no quise forzar y me dirigí al garaje; allí en el trastero seguía ella, según mi plantilla de entrenos no la cogía desde el 1 de Junio, demasiado tiempo, afortunadamente se la había dejado a mi cuñado el otro día y le había hinchado las ruedas, así que estaba lista. Le he prometido que no volvería a pasar abandonada tanto tiempo y he salido con ella a unos inesperados 4º C. ¡¡¡Que frío he pasado!!!

El fin primordial es no dejar que se extinga el fondo aeróbico que pueda tener, y ya lo dice el dicho: quien mueve las piernas mueve el corazón. Tampoco era cuestión de castigar grupos musculares no habituados, así que descarté en principio los desniveles fuertes, pensé en caminos más o menos planos y decidí ir con plato mediano o pequeño haciendo lo que en argot ciclista llaman "el afilador", no dejar de mover pedales rápidos pero siempre con bajas resistencias y así he completado 25 kilómetros que me han sentado francamente bien.
Seguiré probando cada dos días la pierna, pero sino puedo correr hasta el día 15 en la Media o hasta el 22 en Madrid, seguiré con la bici. Cómo afrontaré las carreras ya es otra historia.