La otra noche me quedé a ver 59 segundos, un programa en el que debatían sobre la Operación Galgo y el dopaje en el deporte en general. Acudieron como invitados especialistas Javier Moracho e Ignacio Romo, médico y periodista especializado en atletismo. No fue nada del otro mundo y no hubo revelaciones importantes sobre el tema, pero me llamó mucho la atención un comentario de este último en el que venía a decir que el que se dopa lo hace para tomar atajos, y que a otro nivel muchos deportistas, incluso populares, toman atajos, relatando como en Mapoma todos los años hay 200 corredores que llegan a meta sin haber cubierto el recorrido completo, como luego atestigua el chip, que van en metro o se dan un paseo con total tranquilidad desde Recoletos al Retiro y que aunque luego lógicamente son descalificados, a ellos les vale la foto de entrada para mostrarla el lunes en la oficina y decir que han corrido una Maratón. ¡ 200, increíble!
La verdad es que incluso fuera ya del manido tema del dopaje, el mundo del deporte y el atletismo en particular está lleno de tramposos. Dora Ratjen participó en las Olimpiadas de 1.936 donde fue cuarta y posteriormente batió el record del mundo de salto de altura femenino en 1.934, en realidad era Heinrich, un hombre. Fred Lorz ganó la Maratón olípica de San Luis en 1.904 con un tiempo de 3h13' habiendo hecho más de 18 kms. en automovil y más recientemente Rosie Ruiz ganó la Maratón de Boston en 1.980 haciendo parte del recorrido en metro.
Todos hemos visto tramposos en las carreras, y los que más abundan son los "recortadores". En la Media Maratón de Monfragüe de este año, la carretera estaba cortada sólo en un sentido y los corredores ibamos por el carril izquierdo, del km. 18 al 20 hay una subida con curvas bastante dura, yo me encontraba muy bien y me iba acercando a un corredor que no sólamente recortaba las curvas metiéndose en el otro sentido y jugándose de paso el tipo con los coches que pasaban, sino que atrochaba sin ningún recato por medio del campo. Aún así logré adelantarle y sacarle algo de ventaja, tras culminar la cuesta, el último km. ya era muy favorable y a pesar de que seguía con buen ritmo me fui relajando, a punto de acabar, faltando 20 ó 30 mts. para la meta me pasa esprintando este corredor, levantando los brazos al pasar la meta 4 sg. por delante de mí; si os digo la verdad me fastidió muchísimo, no ya por que pasara delante, da igual quedar el 139 ó el 140, sino porque no se cortó en absoluto en sus muestras de alegría, a pesar de haberse comido seguramente más de 200 metros en esa subida, en fin, que cada palo aguante su vela.
Les reconozco mucho mérito sólo en una cosa... En ser capaces de dormir tranquilos después de intentar engañar a los demás y sobre todo a sí mismos... :(
ResponderEliminarQue pena da ver comportamientos semejantes.
ResponderEliminarEn mi caso cuando me encuentro alguno de esos le aplaudo y le animo para que se convierta en el objeto de atención de los demás atletas, no se si haciendo esto se le caerá la cara de vergüenza pero seguro que se lo piensa la siguiente vez.
Un saludo.
Al final la frase es perfecta: Que cada palo aguante su vela.
ResponderEliminarEn mi modestia opinión, mientras no me molesten a mi, me da igual. Cuantas más carreras haces más veces ves comportamientos como el que recorta por las aceras. Me da igual, allá cada uno.
Lo que no me da igual es que cuando acaban de recortar y con el objetivo de entrar de nuevo en la carrera te molestan apartándote de tu trayectoria. Por ahi no paso: abro de codos y a codazo limpio. Me da igual si es un enano como si es un tipo de 1,90 y 100kg de peso... Brrr... eso si que me cabrea!
Hola Miguel,
ResponderEliminaryo sólo pienso que la satisfacción que obtenemos cualquiera de nosotros saboreando cada metro que corremos y al cruzar la meta (independientemente del tiempo que hagamos) no la tienen los "tramposos" ni la tendrán nunca. Por tanto, que eso es lo que se pierden.
Lo que cuentas es acojonante.
ResponderEliminarNo hace mas que demostrar que el ser humano es tramposo, mezauino, envidioso...y toda una srie de lindezas mas.
Allá cada uno con sus actos.
Lo malo es, efectivamente, cuando esas trampas perjudican al prójimo (vease becas, plan ADO...). Ahí es donde la justicia tiene que actuar.
Salu2
Guillermo
Pues yo soy menos transigente con este tipo de gente, y que quereis que os diga, yo tengo que recriminar esos actos.
ResponderEliminarDe verdad que no llego a entenderlo.....
Pep
Yo tampoco entiendo bien lo de doparse y creo que las sanciones deberían mantenerse de por vida. Igual que los años de cárcel a los políticos chorizos o los grandes banqueros. Sin compasión.
ResponderEliminarOs pongo una entrada buena sobre el tema
http://steeplechasing.blogspot.com/2010/12/nihilismo-y-doping.html
A mi me molestan mucho. Cuando paso a uno, y luego tengo que volverle a pasar porque el me paso por recortar en una curva, me molesta. No porque pueda acabar por delante mio si no por el hecho de hacer trampas,
ResponderEliminarHay mucho caradura suelto y sin escrúpulos.
ResponderEliminarEs una pena, pero nuestro nivel moral y ético deja que desear.
Jamás me he subido a un bordillo, jamás me he ahorrado un centímetro, jamás haré trampas y jamás adelantaré a nadie en linea de meta de un Maratón.
ResponderEliminarLo importante no es que haya tramposos, sino que somos un montón los que respetamos a este deporte.
Al final, cada uno recoge lo que siembra
ResponderEliminarEs increible Miguel, como bien dices; a sabiendas que hicieron trampa y todavia festejen, pero pues que se le va a hacer.
ResponderEliminarUn abrazo hermano!!!