Canícula - Dog days

Recuerdo cuando era niño, como durante estos días del año todos deseábamos que llegaran las que nosotros llamábamos las canículas, eran los días finales de curso y no teníamos clases por la tarde. En Cáceres comenzaban justo tras los días de la Feria, que están ahora celebrándose, a finales de mayo. Todos los años disfrutabamos de estos días largos con tardes interminables y calurosas, sin apenas deberes ya y con la perspectiva de todo un verano por delante para jugar y prácticamente vivir en la calle.

El tiempo de colegio ya pasó, pero no por esto ha dejado de presentarse año tras año el periodo canicular ( que en realidad alude al periodo más caluroso del año), en el que esas tardes largas y calurosas nos presentan grandes dificultades para entrenar bien. Durante este invierno, con la lesión, he conseguido convertir en rutina mis dos sesiones matinales de gimnasio y dos salidas largas en bici, y esto no lo quiero cambiar, así que si empiezo a meter cuatro días de running, me salen ocho sesiones de entreno que con el calor que hace por la tarde me son muy difíciles de colocar, sobre todo cuando vaya incrementando poco a poco el volumen de running.

Hasta ahora madrugaba cinco días ( madrugar para mí son las 7 de la mañana, lo que hace Isidro y algún otro es trasnochar), y salgo 3 días a las 20:30 h. a correr; con más de 30º es complicado pero de momento no me queda otra. Ayer terminé muy contento, 12 km a 5:02 min/km y 151 ppm, con suerte porque me refrescó una tormenta.

Aprovechando el tiempo de Ferias, yo huyo unos días a las playas del Algarve portugués. Felizmente me puedo llevar mis zapatillas, que ya hace tiempo que no tocan arena.